Ya lo dijo bien claro y bien alto “a mi se me da bien montar fiestas” y eso es lo que hizo Bad Gyal el pasado sábado 11 de Febrero en el Palau Sant Jordi de Barcelona.

A ritmo de dancehall, reggeaton y ritmos que solo ella y su equipo sabe crear puso a cantar a pleno pulmón y bailar a nada más y nada menos que 17.000 personas. No es de extrañar que hubieran nervios, y éxito ya que para muchos y muchas ha sido el reconocimiento y el peldaño que le quedaba a la reina que irrumpió hace seis años en el panorama musical español y rompió moldes y sigue haciéndolo a día de hoy.

Para Bad Gyal las cosas son muy claras ¡o vienes a pasártelo bien o no encajas en ésta fiesta! Adiós a las sugerencias, y así lo demuestra en sus letras y en su forma de expresarse encima del escenario. Vestida de riguroso negro con toques de pedrería y unas botas de pelo al más puro 2000 ,la del Maresme, ha aparecido en el centro del escenario, subida a un altar y rodeada de seis bailarines situados unos metros más abajo que ella y, juntos, han hecho arder el Sant Jordi desde la primera nota, así se marca más de la mitad del show.

Ha sido relativamente sencillo, a pesar de como van de rápidas las redes sociales, detectar cuáles han sido las canciones inéditas mostradas por su parte ya que ha sido en el único momento que el público ha permanecido en un riguroso silencio.

Cabe destacar también la maravillosa realización de las pantallas que han hecho que la experiencia haya sido más inmersiva y haya facilitado que las 17.000 personas estuvieran en el punto que estuvieran del Palau pudiesen ver la felicidad que desprendía Bad Gyal al vivir lo que estaba viviendo. Un espectáculo de visuales y baile ,al que a pesar de tenernos acostumbrados por sus diferentes shows por las ciudades de España, ha creado un upgreade con todo el conjunto.

En definitiva, el PUSSY QUE MANA ha callado muchas bocas y a dejado a otras bien abiertas.