FORMENTERA, LA PEQUEÑA DE LAS ISLAS PITIUSAS, ES LA ISLA BONITA DEL MEDITERRÁNEO.
Formentera no tiene aeropuerto, tampoco lo necesita ni lo quiere, ya que se encuentra a tan solo media hora en ferry desde Ibiza. El trayecto -de apenas 20 kilómetros- te deja en Port Savina, el puerto principal de la isla, a tan sólo tres kilómetros de Sant Francesc Xavier de Formentera, la capital. Este oasis tiene poco más de 6.000 habitantes, y gran parte de ellos se alojan en la ca-pital. Se trata de una isla pequeñita que puedes recorrer en moto -e incluso en bicicle-ta- de punta a punta o, dicho de otra manera; desde Cap de Barbaria al Pilar de la Mola. A pesar de su pequeñez -¡tan solo 82 km2!-, Formentera alberga más de 20 playas, a cual más espectacular. Todas ellas compuestas por aguas transparentes, arena fina y naturaleza pura y salvaje. Sin olvidar sus acantilados de vértigo y sus cuevas, o sus atar-deceres con olor a vino, a risas y calma. Formentera es un lugar de reflexión, de descanso, de desconectar para conectar con-tigo mismo. Un rincón del mundo donde descubrir que la vida, a pesar de sus altos y bajos, puede ser maravillosa si la miras desde su ángulo y perspectiva. Allí el tiempo se detiene.